Cuando expresas tu deseo de pintar… realmente… ¿te comprenden?
¿Sabías que pueden enseñarte todas las técnicas, que podrías pintar cien obras, y aún así, sentir que no lograste tu objetivo? Voy a decirte por qué.
Porque pintar no es solo pararte delante de una tela, aprender las técnicas e interpretar una forma, imagen o paisaje determinados; es mucho más que eso. Pintar es abrir los ojos y asimilar lo que ves. Es convertir las imágenes en emociones, para llevarlas, a través de un camino invisible, del cerebro al corazón, y del corazón a la mano que sostiene los pinceles.
Pintar es convertir el universo que te rodea en tu propia creación, para transmitirla después a quienes la contemplen, con la fuerza de todas las pasiones, con la gloria de todas las emociones.
Talleres de arte hay muchos, pero… en muy pocos encontrarás ese mundo fantástico que puede sumergirte en la sortilegio de ver, comprender y transmitir lo que tu espíritu necesita expresar.
Cristina Aulita
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